22.12.09

Feliz Navidad 2009

Las luces en las calles. La gente pasando cargada de bolsas. Los niños con gorros de lana. La lotería. Su manita agarrada a la mía muy fuerte cada vez que pasamos delante de un señor disfrazado de Papá Noel. El frío que llegó sin nieve. Los días repartidos entre comidas de amigos y familias. Todo se resolverá como un problema matemático, sin sorpresas, bajo fórmulas establecidas. Aún así, será especial, a nuestra manera occidental.
Feliz Navidad 2009.

1.12.09

Reciclando

Llevaba ya casi un año sin escuchar un disco de aquellos que nos gustaban tanto y hoy me he encontrado uno limpiando el polvo. Entonces me he acordado de ti, de tus gestos, de tus palabras, de tus risas, de tus acciones falsas. Ha sido una secuencia finalizada con un fatal desenlace.
De repente he cogido el CD y lo he tirado a mi contenedor de plásticos, no sin antes retirar el libreto interior para arrojarlo al contenedor de cartón. Que tu falta de respeto terminara con nuestra relación no es razón suficiente para también acabar con aquella ecológica costumbre de reciclar que me inculcaste.
Llevo un rato intentando etiquetar las sensaciones percibidas al acordarme de ti, al tirar tu recuerdo. Llevo un rato repitiendo la palabra indiferente. Llevo un rato hablándole a mi autoestima de superación. Llevo un rato pensando en ponerme los zapatos para tirar la basura con los cubos incluidos.

Al natural

Lola se ha levantado esta mañana despeinada. Le ha dado repugnancia mirarse al espejo. Lleva años, día tras día, durmiendo boca arriba con los rulos puestos y antes de ir al baño se los quita, ahuecándose el caracoleado pelo con sus huesudas manos. Anoche durmió acompañada, la lujuria le impidió realizar su ritual de belleza habitual. No sólo estaba despeinada, también tenía las arrugas marcadas, deshidratadas ante la falta de elixires joviales. Ha sido duro y cruel enfrentarse a un espejo al natural matutino.
Pero hoy Lola está acompañada, su soledad diaria, la que le permite absurdos rituales rutinarios, se ha visto destruida ante la presencia de otro ser. Cuando ha vuelto al dormitorio, unos hermosos ojos grises han sonreído al mirarla. Entonces se ha olvidado de ella misma para empezar a ser feliz.

28.11.09

Perdidos en el supermercado


Después de baños, cenas, cuentos y buenas noches. Después de poner al fuego las cazuelas con la comida para mañana. Después de corregir exámenes, de elaborar nuevos ejercicios, de preparar la labor de aula del día siguiente. Después de poner lavadoras y de comprobar que zapatillas y babies están listos para otra jornada escolar. Después de pasear al perro, de ponerle su comida, de darle su ración de mimos. Después, sólo después y robándole horas al sueño ha vuelto a aparecer por casa Lúa Gramer.

Con los cascos en las orejas y con la ilusión en nuestros pensamientos hemos vuelto a aprovechar las horas nocturnas para transformar nuestras emociones en forma de canción. Sin hacer mucho ruido, la complicidad que nos une ha creado "Perdidos en el supermercado" una versión de The Clash, de su afamado álbum "London Calling". Nuestro granito de arena para el concurso que organiza "Hoy comienza todo" de RN3. No hay premio material, tampoco lo buscamos. Buscamos seguir disfrutando con lo que hacemos y lo hemos conseguido. Con creces.

"Perdidos en el supermercado" se puede escuchar en:

www.myspace.com/luagramer

11.11.09

El garabato

Llegó del colegio con una sonrisa en la cara y en la mano, un garabato.
Un garabato, un bello garabato. Tierno, dulce, lleno de encanto, una cuartilla plena de expresión, de infantes significados dibujados por un ser que salió de mí.
¿Te gusta mamá?. Me encanta mi amor. Paula dijo que es feo. Para mi es más bonito que el sol. ¿Lo ponemos en tu cuarto, mamá?. Claro, ahora lo pegamos. Te quiero mamá.

Y yo.

A ti, a tu garabato. Y a tu primera patada.

9.11.09

A quince kilómetros por hora

A quince kilómetros por hora viajan nuestras esperanzas, nuestros proyectos del mañana. A quince kilómetros por hora, velocidad lineal mantenida por mi respiración callada y por tu risa gamberra cada vez que tropiezo. A quince kilómetros por hora, mientras por detrás y por delante unos van, otros vienen. A quince kilómetros por hora, cada amanecer nos reímos del mundo y lo colocamos en el lugar donde más nos conviene. A quince kilómetros por hora, con otra vida a cuestas y el lícito secreto de que nadie alcance a saber lo que tramamos.
Las grandes velocidades están reñidas con los grandes momentos, por eso nosotros viajamos a quince kilómetros por hora.

2.11.09

Girando a compás patrio

Todavía no te echo de menos, pero sé que va a pasar. Sucederá, aunque tardaré, como siempre. Tal vez cuando me reúna con los nuestros en alguna alegría o en algún pesar, ya sabes, sólo entonces acudo. Hasta tú desde tu prudencia me llamabas descastada. No es reproche, estabas en lo cierto, es mi forma de ser, esa que nunca he fingido.
Cuando suceda me acordaré de ti, de tu tímida sonrisa, de la bondad de tus ojos, de tus juegos con mi hijo, de la noble paciencia que secretamente siempre te admiré. Pero hay un momento en el que será inevitable no recordarte, cuando suene el primer pasodoble después de algún vals nupcial, cuando la pista se llene y no vea tu porte bonachón girando unido a la presencia de tu compañera. Esa secuencia irrepetible para mi retina, formará parte de los recuerdos entrañables. Y seguirás girando, a compás patrio, sin que tu viaje definitivo pueda hacer nada para impedirlo.

21.10.09

Solo apto para amigos

Allí estábamos los cuatro. En la puerta de la iglesia esperando que todo pasara lo más rápido posible. No por nosotros, para los que tampoco era agradable. Si no por ti y por los tuyos.
Mientras se sucedía la emoción y la tristeza, nos acordábamos de cosas tuyas y nos reíamos. Es inevitable no hacerlo. No, no reírnos de ti, reírnos de tus paranoias, de momentos que nos has dado, que nos provocaron hilaridad y sonrisas cómplices.
Más tarde, en el coche, ya de vuelta, recordaba ese instante. Pensé en el aprecio que te tengo y en el que otros también te profesan. No debe de ser casualidad eso de cosechar cariños ajenos. No debe de ser casualidad que otros se alegren con tu entusiasmo y se aflijan con tu dolor. Si es casualidad le pondremos la etiqueta "solo apta para amigos". Y con ello quedará claro quien eres para nosotros.

15.10.09

El Guiñol

Enredas con mis entretelas preguntándome que me separa de ti. Hurgas en mis recuerdos, removiendo sentimientos que ya están olvidados. Crees que actuando así, voy a volver.
No sabes que nunca retorno a lugares que me resultaron fríos.
Hoy me he enterado de que tus preguntas no buscaban respuestas. Buscaban nuevos actos para tu teatro de Guiñol. He de confesarte que nunca me sentí marioneta. Siempre he preferido mi sinceridad frente a tus hilos.



Diecisiete

Ese día fue extraño. Andaba por el piso frenético con ganas de ordenarlo todo, quería causarte buena impresión. Tomás me había hablado mucho de ti, de la tímida amiga de Mabel. Tanto me había contado que tenía una gran curiosidad por conocerte, no podía presentarme como alguien desordenado. Todo debía estar bien. Cada cosa en su lugar, algunas nunca lo habían tenido, con lo cual había que buscárselo. Ya sabes, dos chicos solos.

Mabel nunca me había soportado, no sé como la convenció Tomás para que accediera a presentarme a su mejor amiga. Debió de ponerse muy pesado, la verdad. Cuando sonaba el timbre con dos pitidos cortos, impertinentes y mi compañero corría a contestar, sabía perfectamente que esta chica aparecería en segundos destrozando nuestra paz estudiantil , encerrándose con él en su habitación para entonar gemidos que nunca intentaban encubrir. Guarrilla y viciosa, así era la novia de mi compañero de piso.

Por eso me sorprendía que alguien como ella pudiera tener una amiga como tú. Como te describía Tomás. Siempre pensé que exageraba sobre tu aspecto, sobre tu forma de ser. De ahí mi curiosidad, de ahí y de otras cosas. Yo tenía 24, estaba en cuarto todavía, mientras que tú con tus 20 estabas en segundo con algunas de tercero. Debo confesar que nunca me fijé en ti por los pasillos de la facultad. La verdad es que nunca me fijaba en nadie.

Encargamos comida china y el chino llegó antes que vosotras. Recuerdo el arroz frío y las bromas sobre sus guisantes duros. Te reías poniendo la servilleta sobre tu boca, aunque en ese momento no la tuvieras llena. Nos bebimos dos cartones baratos de vino tinto con casera. Los tortolitos en celo se fueron a su habitación, no recuerdo la excusa, tampoco la necesitaban ni ellos ni nosotros. Entonces nos quedamos solos y sólo entonces pude conocerte.

Cogí el abrigo para acompañarte a tu casa y susurraste que fuera no hacía frío. Lo volví a colgar en el perchero de la entrada.

Cuando bajamos, el termostato de la parada del bus, marcaba 17 grados. Nos miramos, nos reímos, te di un beso en la mejilla y lo convertimos en nuestro número de la suerte. Era diecisiete de abril de 1993.



5.10.09

Entre sábanas grises

Las gotas emborronando el cristal me impiden ver la calle. Pequeñas gotitas golpean sin cesar fusionándose unas con otras, formando furiosos regueros que desembocan en el alfeizar de la ventana. El cielo, cubierto de nubarrones espesos, se erige como primer juez de mi acto.

La piel de tu pie derecho, de blancura marmórea, contrasta con el esmalte rojo bermellón con el que te has pintado las uñas. Con un trazo seguro, perfecto. Precisión de cirujana.

Clara, Clarita. Mi Clara. Siempre mía. Nunca me has sabido explicar porque te pintas las uñas en invierno. Nunca he sabido entender el porque de esas perdidas de tiempo. Tú, que siempre duermes con calcetines.

Sábanas grises te envuelven por completo, esas sabanas calientes donde han retozado nuestros cuerpos. Donde hoy tal vez tu orgasmo no fuera fingido. No, Clara, hoy no lo ha sido. Hace mucho tiempo de aquello, hoy había deseo. Sábanas arrugadas, sudadas, manchadas, sucias, sabanas que te cubren entera, a excepción de ese pie.

Me voy, mi amor. Despacito, sigiloso, no quiero enturbiar el sueño causado.

Nos veremos, no se si mañana o pasado, a lo mejor en una semana. Tal vez, en nuestro próximo encuentro ya no quieras dirigirme la palabra.

30.9.09

Las virutas de Pablo

Cuando Pablo borra, en su cara se instala la picaresca. Cuantos secretos perecen escondidos en las virutas de su goma de borrar. Lo observo sigilosa, intentando no levantar sus sospechas, con una sonrisa que anime la inmadurez de su trazo. Él no lo percibe, pero le tengo un gran cariño a la inocencia de ese gesto infantil: sitúa el bracito izquierdo sobre la libreta, mientras que con la mano derecha sube y baja sobre el secreto a destruir. Mientras, la punta de la lengua le asoma entre lon dientes y en sus ojos se dibuja la preocupación:

- Pablete, ¿Puedo ayudarte?, ¿Te has equivocado?

- No, seño, no. ¡Qué ya soy muy mayor¡

24.9.09

Paseando mañana

Quedamos a las cinco y los dos fuimos puntuales. Tal vez porque a nuestra edad, ya nada es tan importante como la compañía. Tú con tu chaqueta clara de lino y yo con mi vestido coloreado. No vamos ahora a renunciar al ayer.
He bajado las escaleras despacito, mis articulaciones siempre fallaron. Fueron muchas las veces que tus manos sabias les pusieron remedio. Y allí estabas, con esa sonrisa cálida que sueles usar para recibirme.
Hemos paseado por el margen derecho de nuestro río, ese del que tanto te gustan sus atardeceres. Ha relucir han salido los nietos, los amigos que ya no están y como no, nuestros amados libros, esos que ahora leemos con la vista cansada.
Todo ha cambiado, todo sigue igual. Hoy también te has reído de mis prejuicios.

10.9.09

Los gallos de corral no mueren de viejos

Quizás todo viene desde el día en el que creíste entender que ella era mejor que tú. Supongo que ahí surgió la amenaza. Una amenaza ficticia, recreada en cábalas absurdas surgidas del lodo donde habitan tus complejos. No se explica de otra manera.
No es que fuera mejor que tú, es que ella era diferente. Y no podías soportar esa diferente actitud que imprimía en todos sus movimientos.
Podrías haber intentado comprender que en las diferencias, en los matices sutiles que tildan cada uno de los actos que acometemos a diario, en esas disparidades diarias que nos representan, se encuentra la esencia íntima de cada ser. Podrías haber intentado aprender, maestro.
Fue entonces cuando lo decidistes ¿Verdad?. Decidiste poner fin a su existencia. De la forma más sutil posible, imperceptible para los demás, imperceptible hasta para ella misma.
Cada día una minúscula dosis de desprecio, cada día una diminuto acto de destrucción. Unos días lanzabas rumores, otros, comentarios irreales que tus orejas señalaban como salidos de su boca. El aforo receptor, siempre ávido de carnaza, asentía expectante para después airear tus palabras con la locuacidad absoluta que caracteriza a los mentideros.
La hicistes desaparecer con un plumazo de tus alas, así quedaste el gallinero tranquilo, con su gallito pavonéandose contento.
Pero recuerda, don Julio, recuerda: no hay gallo de corral que muera de viejo. La conciencia que caiga sobre ti quizás tenga forma de pepitoria.

9.9.09

Emancipando tus zapatos

No entenderé nunca tu afán por querer saber lo que piensan los demás de ti. Vives atado a ellos, a sus comentarios, a su delgadez de pensamiento. Cada vez, eres menos libre.
Todavía recuerdo cuando estabas emancipado de los dimes y diretes ajenos, cuando la espontaneidad marcaba tus actos. Tú, que siempre predicabas que tu morada se encontraba a la sombra del libertinaje.
Me gustaría saber donde te hicistes propietario de esa dependencia. Me gustaría comprarte cuarto y mitad de confianza en ti mismo. Me gustaría desembarazarte de la mezquindad diaria, absurda con la que vives tus días. Porque francamente, cariño, cada vez me gusta menos ver mi reflejo en el brillo absurdo y constante de tus zapatos.

8.9.09

Hasta pronto

Tendiendo la ropa, oí de lejos el sonido del motor de tu coche. Luego, todo sucedió muy rápido. Te vi bajarte, mirarme y sonreir. La ráfaga de tu sonrisa, como siempre, como si nos hubiéramos visto ayer. Sentí tu felicidad, con esa forma de sentir, que solo tienen aquellos que están unidos por el cariño verdadero, aquel que acumula en su haber un gran número de momentos vividos: cortos, largos, buenos y fatales.
Te pregunté por todos, aunque en ese momento poco me importaban. Yo sólo quería disfrutar de ti, de más momentos contigo. Disfrutar del silencio que tantas veces nos une. Beber de tu paz, aquella que enturbio con mis indomables impulsos retóricos, esos que suelen arrancar la complicidad de nuestras miradas.
Hasta pronto, hasta el mañana que nos traerán los meses. Un mañana en el que habrá uno más, uno más para quererte.

14.8.09

La plegaria

Agnóstica como nadie, te he erigido un altar en mi interior. La pena es que no sé rezarte y me limito a dejarte flores frescas cada mañana.
Mientras espero. Espero tu descenso celestial para iniciar tu presentación en sociedad. Ya todos comenzaron a decirme que no eres más que un producto de mi imaginación. Un recurso para dejar de temer a mi soledad cotidiana. Dicen que creer en tu alma gemela tiene algo de fé heredada.
Y aquí me tienes, hilando palabras con las que hacerte un credo etéreo, una plegaria sublime con la cual convencerte para que vengas hacia mí.

12.8.09

Como el friki puede pasar desapercibido

Pues no, esta vez no lo reconocí.
Venía envuelto en un halo de persona comprometida, llena de valores, en una aparición de ser excepcional. Lo que venimos denominando "un encanto".
Contaba poco, limitándose a la escucha de situaciones ajenas que parecían despertarle un gran interés. Atendía las peripecias diarias de los otros como si fueran suyas, mostraba pena o alegría, según guiase la corriente.
Todos rendidos a sus pies, cual ratones ante un flautista virtuoso.
Y resultó que no.
Y resultó un espejismo.
Y resultó que el ego supremo se escondía como la lava ardiente bajo las laderas de un volcán no identificado. Bastó el roce de algunas placas tectónicas para que dejara ver algunas chispas.
De repente lo vi claro, ante nosotros, un friki.
Cuidado que quema.



La casa de Rosita

La casa de Rosita era la casa de todas. Allí quedábamos. A las nueve, para salir a las once. Cosas de chicas: ¿Estoy bien?, ¿Llevo mucha laca?, ¿Quién me pone la sombra de ojos?. Todos los viernes se repetían las mismas preguntas y las mismas inseguridades.
Al fondo, la abuela, nos miraba con mala cara. Aquella señora, vestida de negro, con la bata acolchada y las zapatillas rotas por los juanetes. Sagrario, se llamaba. Le dábamos las buenas noches cuando nos marchábamos y siempre decía lo mismo: "Vais hechas unas putas". Nos mirábamos risueñas, nos tapábamos la boca con una mano mientras agitábamos la otra en el aire: "Joder con tu abuela, Rosa".
Al salir dejábamos una nebulosa de olores producida con nuestras frescas colonias adolescentes, un montón de ropa desechada tras multitud de cambios y sin saberlo, lo mejor de la noche.

2.8.09

Los esquimales no se mueren de frío

Te encontré con la razón apagada, desconectada, huída. Sin alcance auditivo para mis explicaciones. Intenté darte otra visión, la suya. Pero fue imposible.
¿Sabes que los esquimales son los únicos que no se mueren de frío? Si no pones remedió, esta nevada helará tus entrañas. Tu no eres esquimal, ni siquiera has visitado nunca el Polo Norte.
Vale, silenciaré la benevolente intención que me empujó a visitarte y te dejaré sumiso a tu dolor. Puedes ir haciendo el ángel sobre el manto blanco que ya te cubre por dentro.

30.7.09

Bolerito, bolero

Ya son más de las tres.
El reloj ha dado la vuelta otra vez y yo sigo contigo.
Sé que me tengo que ir porque no es lugar, porque no es de recibo.
No, no digas ya nada más. Me haces sentir mal, si es que sentir peor se puede.
Tal vez mañana, tal vez. Ahora no puedo pensar, pensar con razón es algo que me duele.
Cuando vea la señal que dejaste en mi piel al mirarme al espejo, para ti sonreiré, para ti nada más, aunque ya estes muy lejos.

Nota: Intenté reflejar lo que sientes. Ponle nota si quieres.

28.7.09

Final de la historia de amor que mantuvieron las dos partes de un compás.

- Si te sigues acercando, perderé la posición.
- No importa.
- Claro que importa. Mi posición es mi finalidad.
- ¿Tu finalidad no soy yo?.
- Sí, también. Pero si caigo perderé el apoyo, la identidad.
- Caeremos juntos.
- Moriremos juntos.
- ¿Juntos para la eternidad?
- No, juntos hacia el abismo.

18.7.09

Hasta el final

Dando vueltas, girando bajo recuerdos que creía obsoletos. Me escapo de mi control. Desciendo, desciendo, otra vez se ha roto el eje central de este vuelo sin motor. La radio ha dejado de transmitir. Me falta el aire. No hay paz.
Lo peor es que no me da igual, esta vez no me da igual. Esta vez quería quedarme hasta el final.



17.7.09

Se me cayó el santo

Habíamos quedado para una cerveza. O esa era la excusa. Hacía días que tenía la mosca detrás de la oreja.
Nada más sentarte, comenzaste a darle vueltas a la caña, quitándole el agua helada que recorría las paredes externas del vaso. Buscándome los ojos, farfullabas palabras: Me ha preguntado por ti, que si ya nunca le llamas, que si no le coges el teléfono, que si no fuíste a su última exibición.
Mientras hablabas, apática ante el significado de tus mensajes, me dedicaba a observar como el sudor surfeaba por tu frente. Que calor hace estos días. Que cejas más feas tienes.
Esperé.
Esperé a que terminaras de hablar.
Esperé a que me preguntaras mi opinión.
Esperé tanto, tanto, que se me quitaron las ganas de darte la réplica. Ya ves, yo sin ganas de contestar.
Te hablé de mi casa, de lo mucho que está subiendo el precio del pescado, del cuidado que tengo que tener con el sol y mis pecas. Si que te hablé, no puedes ir diciendo por ahí que no te dije ni mú.
No, no te hablé de lo que tu querías. No te dije el porqué de mi pasotismo ante él y los suyos. Lo creo innecesario. Yo a ti, no te tengo que justificar nada. Nada.
Arrancando el coche para volver a casa, recordé esas palabras que de pequeña tantas veces me repitió mi madre: Hija, hay que ver como eres. Cuando se te cae el santo dejas de rezarle y de ponerle flores.
Lo sigo haciendo, la pena es que ni tú ni él os deis cuenta y continuéis pidiéndome explicaciones.

6.6.09

Otra vez lo has sentido

Subes y bajas peldaños en los estratos de tu alma. Sin ser capaz de demostrarte a ti mismo que ya estás muy por encima de todo aquello. Me recuerdas a las beatas que rezan mirando al frente, buscando a Dios entre las columnas del retablo mayor erigido en el altar de su iglesia. Esas beatas que no pueden comprender que su dios está en todas partes, que su dios es su conciencia. Aquella que silencian con sus rezos.
Pero tú ya no tienes que silenciar nada, si acaso, remotamente tu ego. Aquel, que entonces se quedó tan maltrecho, ahora reclama un ombligo profundo y enorme donde recrearse a sus anchas.
Tormentas como las de ayer, ya no son necesarias.

5.6.09

La actriz principal

Sólo somos actores ante miradas ajenas. Interpretamos papeles otorgados por aquellos que nos observan. Nos despojan de nosotros mismos y nos hacen seguir un guión.
Me acostumbré hace algún tiempo a ello. No me importa reconocerlo. Qué más da.
De entre todos, el que más adoro representar es el que tú me otorgas. Ese que marca como debo vestir, peinar, hablar, cruzar las piernas. No creas, no es una queja. Para mi, así es más fácil.
No encontraría otra forma de que siguieras a mi lado.
Solo espero que nunca dejes de darme el papel principal. Solo espero que nunca deje de ser tu protagonista.

2.6.09

Ya somos más

Ya somos más, gritabas contento cuando recibías aquellas notas. Ya somos más, decías emocionado con los ojos bañados de lágrimas. Ya somos más, decías mientras la respiración ahogada no te dejaba reír.
Creer que eramos más fue lo peor. Nunca fuimos más. Siempre fuimos los mismos. Pocos.
Yo nunca creí que fuéramos a salir del sitio. Nunca pensé que hubiera tantos locos dispuestos a perderse en nuestro delirio. Pero tu si lo creíste. Lo creías y todavía lo crees.
Todavía sigues pensando que hay gente que deja notas tras los espejos de los baños públicos. Te niegas a admitir que ya solo encontrarás polvo y telarañas.
Es el olvido, compañero, lo único que a estas alturas ya no nos podemos permitir.

Para A de Su

No se quien eligió a quien. No se porqué se produjo la magia. Esa magia de la que hablan los que sucumbieron al flechazo. Sin embargo, aquí no hubo atracción de hormonas ni registros pasionales. Solas tú, yo y un montón de palabras en aquellas palmeras.
Fueron tus zapatos los que ocasionaron el debacle, siempre los recuerdo como una parte más de ti misma.
Hoy que estamos en el mismo lado pero cada una en un punto distinto del meridiano, no puedo dejar de sentir por ti. Siempre conmigo y con los mios, no puedo dejar de echarte de menos.

1.6.09

Lastreando

Hace tanto tiempo, tanto, tanto. Eramos dos seres comunes con distinto denominador, no podía salir bien. Me aferré tanto a ti que me olvidé de mi mismo y me quedé anclado en aquella despedida. Hace tanto tiempo.
Ahora he aprendido a vivir sin ser feliz, sin ya siquiera querer pretenderlo. Por lo menos no me angustia la idea y solo he de limitarme a ver pasar los días. Uno, dos, tres, y así hasta treinta mensuales. Cada vez con menos pelo y el poco que me queda se vuelve blanquecino. Alguien me dijo una vez que a los calvos no le salían canas. Otra mentira más de las muchas en las que naufragaron mis esperanzas.
Ya no se quien es ese que cocina en mi cocina ni que duerme en mi cama. Ya no reconozco más que sombras en el vacío de mi habitación. Entre ellas la tuya: frágil, oscura, armoniosa, la que me lleva cada noche a los confines del sueño.

15.5.09

Lua Gramer



Hace poco, vinieron a cenar a casa una pareja muy especial. Docentes como nosotros, este es su último año con la tiza en la mano. Se jubilan, aunque no dejarán nunca de enseñar. Son de esas personas, cuya calidad humana y profesional hace que siempre se esté pendiente de sus palabras porque dan mensajes sencillos, útiles y verdaderos. A poco más de un mes de que finalice el curso, les pregunté si no les daba pena dejar el barco. ¡Qué ilusa me sentí a su lado¡. Pues claro que no les da pena, aquí su contestación: La vida son etapas, una se cierra para que empiece otra, igual o más emocionante que la anterior. Nunca peor, porque uno ha ido aprendiendo de los errores.
Yo tenía miedo de Lua Gramer, de empezar algo nuevo a estas alturas. Pero Gabriel y Ángela me han enseñado que nunca es tarde para emprender nuevas emociones.
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Febrero-Retrovisor

Un día de Febrero.
La vida, a veces injusta, muestra su guadaña. Uno de nuestros seres queridos, un amigo muy especial está pasando por un momento duro y doloroso. Él siempre está a nuestro lado, siempre ayudando, compartiendo nuestras penas y alegrías. Ahora, en tan oscuro trance, una parte de nosotros no puede estar con él. Circunstancias tan adversas, como que él camión de la basura municipal te arranque el retrovisor de tu coche en una rotonda, hace que te quedes sin vehículo para recorrer la distancia física que hay entre tu amigo y tú. La física, sólo esa. Porque la parte emocional si está con él. Las emociones generan energías y las energías se pueden transformar en canciones. Así nació Febrero-Retrovisor.

12.5.09

Se fue

Que se marcharía tarde o temprano, todos lo sabíamos. Que sería más pronto que tarde, era evidente en su deterioro físico . Pero cuanto duele que lo haya hecho, solo lo supe cuando sentí mis vellos como escarpias al conocer la noticia.
Creador infinito de letras y melodías donde expresaba como vivía, como sentía, como le dolía el trajín diario. Mejor que otros, mejor que muchos. Ajeno, a veces, a cuantos nos identificamos con esa lírica cargada de enfrentamientos cotidianos a circunstancias cotidianas.
Y hoy nos hemos despertado con su adiós. Enseguida sus fotos en los diarios digitales. Mi indignación hacia uno regional, donde una vez más pusieron esa foto indigente. Carroña. Como si no tuvieran en sus bases de datos, otras fotos promocionales.
Pero los que lo admiramos, los que lo respetamos profundamente por lo que nos dio y lo que nos hizo sentir, no recordamos esa mirada triste de quien espera el viaje definitivo. Nos quedamos con su imagen en los escenarios, con su guitarra y su chaqueta de cuero negro. Con sus ojos brillantes y el susurrar de sus melodías.
Quisiera que no te hubieras ido, quisiera que siguieras marcando esas bonitas metáforas sonoras.
Descansa en paz, Antonio Vega.

28.3.09

Diez segundos

Si alguna vez te dijera lo que pienso, yo descansaría y tu morirías diez segundos después.
Calculo que te bastaría con un solo segundo, para procesar el daño que me has hecho por cada uno de los años que he pasado a tu lado. Nada más. Siempre te he considerado una persona inteligente.
En mis sombras, soy consciente de que nunca lo has hecho a propósito, aunque no por eso ha dejado de molestarme y en consecuencia de dolerme.
Como yo no soy tu, mejor me callo y te ahorro la agonía.
Como un pajarito mojado en otoño. Así me dejaste. Buscando cobijo en las ramas de un árbol que poco a poco se quedó sin hojas.
Mi mente, que tan bien me conoce, se niega a privarme de tu recuerdo. Me permite visualizarte en cada sueño. Por lo que siempre ando deseando que llegue la noche, la cama, la oscuridad y tu rostro.
Y por la mañana, al despertar, con la taza de café quemando la yema de mis los dedos, me pregunto si volvería a tu lado.
No.

2.3.09

Las llaves

Cuando sonó el timbre, la taza daba vueltas en el microondas y el estómago daba vueltas dentro de mí. No poder olvidar, no poder perdonar, no poder vivir.
Y allí estabas. Con tu jersey polar azul invadido por gotitas de agua, la cabeza agachada, la mirada escondida en los cordones de tus zapatillas negras, susurrando que habías olvidado la llaves.
Te dije que pasaras y por dentro le di las gracias a San Judas Tadeo, patrón de los imposibles.

¿Dónde está la lluvia?

La lluvia es un fenómeno atmosférico que se inicia con la condensación del vapor de agua contenido en las nubes. Esa es la explicación científica.
Pero la lluvia también puede ser un fenómeno fisiológico que se inicia con la condensación de sentimientos ofuscados dentro de las nubes del alma. Necesaria para el descargue de emociones, la lluvia tiene poderes sanadores.
"¿Dónde está la lluvia?, ¿Dónde está la lluvia?....Sanará."

23.1.09

Sombras

Mira tu sombra si de verdad quieres ver tu imagen.
No te mires en el espejo. El espejo no dice verdades, solo delata cambios físicos.
Pero tu sombra no miente. Habla de tu espíritu, de tu estado de ánimo.
Una imagen proyectada sobre la pared o el suelo,es una clara indicadora de tristezas, alegrías, decaimientos, desencantos.
Hace poco observé como tu sombra bailaba en la verde y uniforme pared de la habitación. Sonaba esa canción que desde hace mucho es banda sonora de nuestro hogar. Te vi igual que hace años. El mismo encorvamiento de hombros, el mismo movimiento de brazos.
Esa sombra, mate sin brillos, mostraba ilusión y entusiasmo. Los mismo que descubrí hace algunos años. Eso que te hizo destacar entre toda la gente que se aglutinaba en aquel antro. Aquel en el que te vi por primera vez.

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