8.9.09

Hasta pronto

Tendiendo la ropa, oí de lejos el sonido del motor de tu coche. Luego, todo sucedió muy rápido. Te vi bajarte, mirarme y sonreir. La ráfaga de tu sonrisa, como siempre, como si nos hubiéramos visto ayer. Sentí tu felicidad, con esa forma de sentir, que solo tienen aquellos que están unidos por el cariño verdadero, aquel que acumula en su haber un gran número de momentos vividos: cortos, largos, buenos y fatales.
Te pregunté por todos, aunque en ese momento poco me importaban. Yo sólo quería disfrutar de ti, de más momentos contigo. Disfrutar del silencio que tantas veces nos une. Beber de tu paz, aquella que enturbio con mis indomables impulsos retóricos, esos que suelen arrancar la complicidad de nuestras miradas.
Hasta pronto, hasta el mañana que nos traerán los meses. Un mañana en el que habrá uno más, uno más para quererte.

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