12.12.10

Agradecimiento

Aunque no tengo por costumbre escribir en este blog letras que no pertenezcan a la ficción, voy a hacer un inciso para expresaros a aquellos que de vez en cuando me visitáis mi agradecimiento. A Carol y a Sergio vuestra amistad incondicional hacia mi persona y vuestro cariño hacia estos escritos, sin ellos tal vez no hubiera publicado más de uno. A aquellas personas anónimas que entran con asiduidad y los leen, gracias al contador de entradas, puedo ver que hay algunos reincidentes (¿Quien viene desde EEUU? La curiosidad me puede). Y a otros no anónimos, pero cuyos nombres me reservo, que me habéis mandado mails para que vuelva a escribir después de un tiempo sin hacerlo (los nenes y un traslado de domicilio no me lo pusieron fácil).
Gracias a todos, este yo se alimenta de vuestras ganas de leerlo. Un abrazo.

De enredos y tijeras

Tú con mentiras en los dedos y yo con el pelo lleno de nudos. No puedo confiar en que me peines con las manos.
Hoy que otra vez volvió a pasar el tren de los tristes. Hoy que otra vez me levanté sin ganas. Hoy que la habitación me pareció inmensa y busqué transfusión para recorrerla.
Hoy que no encuentro estilista que te sustituya. Hoy que la noria chirrió en lo más alto. Hoy que la noche me supo a recuerdos y me los bebí todos en distintos vasos.
Y tú muestras sin querer manchas blancas en tus uñas. Ajeno como eres a mi ingenio y suspicacia. Iluso sigues pensando que puedes moldear mi melena y no puedes entender que hace una tijera en mis manos.

18.6.10

Papiroflexia para dos

Un barquito de papel no resiste en alta mar, no te esfuerces en intentar que permanezca a tu lado. Moriría bajo las olas de tu falso océano pacífico, mi apariencia externa te engaña, no sé nadar.
Prefiero perecer bajo las manitas de un niño curioso. Un pequeño que deshaga poco a poco mis plegados. Me hace ilusión pensar que una vez se encuentre con la escueta cuartilla en la mano, no quiera darle forma a su imagen y semejanza. Mejor que la tire sin más.
Un barquito de papel con palabras en su interior. Palabras escritas bajo mi puño y letra. Mensaje que he escondido en el vaso de la batidora para después apretar el botón rojo hasta el fondo, a todo motor.
He guardado el confeti en el cajón de los cuchillos. Te espero a las diez. Esta noche, fiesta.

29.5.10

Yo no soy así

Yo no soy así.
Lo sé, no soy así pero no puedo evitar representar este papel que me han otorgado.
Querría quitarme el disfraz, dejar el hábito para el monje, aunque a fuerza de interpretar estos rezos me estoy haciendo creyente.
Yo no soy así.
Lo sabéis todos aquellos que habéis comido de mis pucheros. Bien que llegabais cuando los manjares aún calientes no estaban sobre la mesa, no sé porqué ahora os quejáis por la falta de sal.
Yo no soy así.
Lo saben quienes aún no me conocen pero intuyen la comezón que recorre mi constipada alma cuando camino por las estrechas aceras haciendo recados malditos.
Yo no soy así.
Que queden por testigos estas letras rayadas portadoras de la fanfarria que me proyecta al infinito.

27.3.10

Sueños son

Sueño con nubes que no quieren emborronar el cielo. Alguien las puso ahí y con gris las ensució.
Sueño con castaños de los que no brotan erizos. Dan su fruto en suaves bolsas de algodón.
Sueño con extraños dibujos monocromáticos pintados por esquizofrénicos que se pasean por mi salón.
Sueño con carreteras donde el asfalto no destiñe, donde las sirenas nunca cantan los días que sale el sol.
Sueño a la deriva de un mar que me pertenece. Donde el mercurio no ha llegado, donde no hay peligro de radiación.
Sueño que vivo en una de tus neuronas, donde me hago imprescindible por una extraña mutación.
Sueño sin pudor con un puñal roto. Lo rompí con barbitúricos que anestesiaron mi razón.
Y los sueños, bajo el edredón, sueños, sueños son.

13.3.10

Las veletas

Me dan miedo las veletas. Sufro los días de grandes vientos. Nunca sé hacia donde van sus lanzas y no saber me atormenta, en toda la amplitud de su concepto.
Si pudiera arrancaría las veletas de todos los tejados que alcanzo a ver, pero no serviría de nada, alguien colocaría más. Porque existen para hacerlas girar y hay personas con vocación de viento.
Menos mal que siempre queda cerrar la ventana, correr la cortina y bajar la persiana. Para siempre, para siempre.

3.3.10

En mi gravidez

Donde estás. Ajena a todo. Feliz. Creo.
Donde vives. A consta de mis entrañas sin que ello suponga apenas un esfuerzo vital.
Donde sueñas. Quiero pensar que conoces a Hipnos y también serás su amiga en el exterior.
Donde maduras. Día a día, conexiones interiores se ajustan y automatizan para lograr la perfección.
Donde experimentas. Reacciones infinitas que ya nunca recordarás pero que serán la base de tu mañana.
Tengo todo el miedo del mundo otra vez alrededor de mi ombligo, jornadas enteras sin poder mirar hacia otro lugar. Miedos que nunca podrán ser pesadillas porque el amor más grande se impone.
No confío en la experiencia, aunque así lo dicte la naturaleza. Repetir puede o no ser diferente y por ello no te negaré que intentaré huir del dolor.
Mañana cuando todo haya pasado, te presentaré a quien habitó antes el que ahora es tu reino y juntos llenareis de luz nuestras noches y nuestros días. Casi estoy preparada.

13.1.10

Luciérnagas en el limonero

Hay luciérnagas en nuestro jardín. Se posan en las ramas del limonero por la noche y se beben el néctar de sus flores. Debido a esta comunidad de intrusas, hace ya más de tres meses que nuestro árbol lunero no da limones. Y nos hemos quedado sin poder aderezar esos mojitos que tanto nos gustaba preparar en las noches golfas.
Durante un tiempo nos sentamos a admirar el nuevo modelo de árbol navideño que habían instalado en el patio. Al principio nos resultó bello, pero con el transcurrir de los días, como la comunidad se ha estado reproduciendo a un ritmo vertiginoso, sus destellos nos deslumbran y ya nunca salimos a tumbarnos en aquellas hamacas que adquirimos para compartir esos mínimos ratos de asueto que a veces tenemos.
No podemos deshacernos de los dichosos bichos más que con insecticidas, pero tanto tú como yo somos incapaces de hacerlo. A los valientes de prosa sólo nos queda una opción. Optaremos por ella antes de pecar de héroes sin estigma.

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