6.6.09

Otra vez lo has sentido

Subes y bajas peldaños en los estratos de tu alma. Sin ser capaz de demostrarte a ti mismo que ya estás muy por encima de todo aquello. Me recuerdas a las beatas que rezan mirando al frente, buscando a Dios entre las columnas del retablo mayor erigido en el altar de su iglesia. Esas beatas que no pueden comprender que su dios está en todas partes, que su dios es su conciencia. Aquella que silencian con sus rezos.
Pero tú ya no tienes que silenciar nada, si acaso, remotamente tu ego. Aquel, que entonces se quedó tan maltrecho, ahora reclama un ombligo profundo y enorme donde recrearse a sus anchas.
Tormentas como las de ayer, ya no son necesarias.

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