Tus ojos

Siento pudor cuando me miras. Es por eso, que me cuesta sostenerte la mirada. Tus ojos, marrones, pequeñitos, corrientes, emiten una honestidad que duele. Son un oasis para mis dias. A veces me pregunto donde escondes el daño que te ha hecho la vida. Los ojos tienden a ser el reflejo de nuestro pasado. El espejo del alma dicen. Aunque conocí almas sucias con ojos transparentes. Pero los tuyos no reflejan aspereza alguna. Nunca.
Cuando cierro los mios pienso en los tuyos, eso me da paz. No pienso en ti, no pienso en nosotros. Solo en lo aséptico de tu mirada. Y me duermo tranquila.
Llevaba algunos dias sin verte, me encontraba a oscuras. No echaba de menos tus brazos, ni tus caricias, ni tus besos. Porque yo nunca me he enamorado de ti, de hecho, hay muchas cosas tuyas que no soporto, cosas que harían imposible nuestra convivencia. No quiero entrar en detalles: ya me conoces, ya me has sentido.
Ayer puse una foto de ellos en mi mesilla de noche. Es un poco ridículo. Imprimí la foto que te hice en el cumpleaños de Nines. Recorte tu absurdo flequillo y tu patria nariz borbona. Me quedé con tus ojos. Salí a comprar un marco exclusivo para ellos. Lo encontré en esa tienda donde tu primo puso la lista de bodas. Es de cuero rojo puta. No pude resistirme, allí los he encuadrado.
Y desde ese balcón me miras, cada noche, cuando me inunda el desasosiego, enciendo la lamparita, te encuentro. Nunca pienso: "te quiero".