25.8.08

Los velos, mejor trasparentes

No me sale nada. Lo he intentado, pero no lo consigo. Cuando te tengo cerca, se me agarrotan las entrañas, no hay manera. Me corren sudores por el cuerpo antes de verte, pero cuando estás de frente me convierto en hielo. Ya no tienes reflejo en mi espejo de almas. Una vez creí que me habías aceptado, pero fue un espejismo. Me diste una tregua, nada más. Y yo me cansé de desperdiciar mis actos, de buscar tu fondo para conmigo. Ese fondo que buscaba en ti y que no encontré. Que lo tienes, sí, pero para los tuyos. El problema está en que yo no soy de los tuyos, aunque tú así lo proclames. Sabes que eso no es cierto, no soy de los tuyos, es más, te molesta que a veces esté a vuestro lado y surjan las comparaciones. Porque lo que de verdad es tuyo entonces sale perdiendo. Y te corroe. Pero miremos lo innegable, lo positivo, lo axiomático de todo esto: tú y yo sabemos que es cierto. Queda patente en las bienvenidas.

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