30.9.09

Las virutas de Pablo

Cuando Pablo borra, en su cara se instala la picaresca. Cuantos secretos perecen escondidos en las virutas de su goma de borrar. Lo observo sigilosa, intentando no levantar sus sospechas, con una sonrisa que anime la inmadurez de su trazo. Él no lo percibe, pero le tengo un gran cariño a la inocencia de ese gesto infantil: sitúa el bracito izquierdo sobre la libreta, mientras que con la mano derecha sube y baja sobre el secreto a destruir. Mientras, la punta de la lengua le asoma entre lon dientes y en sus ojos se dibuja la preocupación:

- Pablete, ¿Puedo ayudarte?, ¿Te has equivocado?

- No, seño, no. ¡Qué ya soy muy mayor¡

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