29.11.08

La venda

Te mientes. Me mientes a mi y te mientes a ti mismo. No puedes engañarme, me lo dice tu mirada y tu tono de voz. Me increpas que veo las cosas como yo quiero. Las veo como las ven mis ojos y las sienten mis entrañas. Tu ponte la venda si así estás más seguro, pero no intentes compartirla conmigo. Soy fuerte y cabezota para aguantar la que está cayendo.
Luego te metes en la cama, buscando entre las sábanas el cobijo que el niño busca entre los brazos de su madre. Entonces la venda hace presión y los remordimientos dan escalofríos. Tu conciencia, sucia por haberme mentido, danza un vals entre los entresijos de tu mente. Y te levantas sobresaltado, con la frente sudorosa. Me dices que tienes insomnio, pero sabes que no es cierto. Sabes que nunca se produjo esa llamada.

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