Sólo somos actores ante miradas ajenas. Interpretamos papeles otorgados por aquellos que nos observan. Nos despojan de nosotros mismos y nos hacen seguir un guión.
Me acostumbré hace algún tiempo a ello. No me importa reconocerlo. Qué más da.
De entre todos, el que más adoro representar es el que tú me otorgas. Ese que marca como debo vestir, peinar, hablar, cruzar las piernas. No creas, no es una queja. Para mi, así es más fácil.
No encontraría otra forma de que siguieras a mi lado.
Solo espero que nunca dejes de darme el papel principal. Solo espero que nunca deje de ser tu protagonista.