12.4.08

Mi refugio

Ha abierto los ojos y la luz ha cegado sus pupilas, otra vez olvidó cerrar la persiana. Rayos y centellas se acumulan a su alrededor, parece que hoy tampoco brilla el astro rey, salió el sustituto. En su habitación, silencio interior, portazos y música del vecino. Así es el pladur.
Se ha deslizado hasta el baño, sus zapatillas a cuadros no han levantado un palmo del suelo. Ha visto su imagen en el espejo, el tiempo no respeta, menos pelo, más canas y mal sabor de boca.
Ha desayunado un café recalentado que lleva dos días macerándose en la cafetera y una tostada de pan integral con cachuela, ¡anda y que se joda el colesterol!. Le ha puesto de comer al gato una lata de mousse y le ha deseado suerte en la caza de cucarachas rojas.
Se ha vestido sin pensarlo, se ha puesto la misma ropa de ayer, sustituyendo los calcetines y los calzoncillos por otros limpios sin planchar. Los zapatos están sucios, benditas esponjas abrillantadoras, rápidas y sanadoras.
Ha cogido su carpeta de plástico, ha rebuscado entre el temario, hoy toca el doce. Ha introducido los auriculares en su orejas, ha encendido el ipod y ha seleccionado la carpeta de música: Cajón se Sastre, Mi refugio.
Directo a desaparecer.
(Para tí, que sigues metido en el cajón de los folios tristes, ya queda poco.)

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